El viernes por la mañana me entretuve un rato haciendo unos higos secos, rellenos de pasta de membrillo y cubiertos de chocolate.
Para el glaseado de chocolate, como no tenía hojas de gelatina (y no tenía tiempo de acercarme al Mercadona a comprar), busqué una receta en el libro del chocolate de Pierre Hermé que la hace con 100 gramos de chocolate 70% de cacao, 8 cl de nata y 20 gr de mantequilla.
La pasta de menbrillo es casera (la uso para añadir a rellenos de carne o para untar unas pechugas y pasarlas por plancha). El relleno se puede sustituir por un praliné o una mermelada, pero con el único cuidado de que no lleve trozos gordos que tapone la salida de la jeringuilla.
Para rellenar el higo se mete la punta de la jeringa por el culo del higo seco; y para que entre sin dificultad dentro del higo es mejor meterle antes un palillo de madera e ir pinchándolo por todo el interior.
Una vez relleno el higo, lo he bañado en Frangelico, y lo he metido en el congelador para que esté bien frío.
Para el glaseado de chocolate, y con los higos bastante fríos, me he servido de unos palillos que atravesaban el higo por el rabito. Una vez sumergidos en el chocolate un par de veces, los dejaba colgando de la bandeja rejilla del horno, para que gotease las últimas gotas.
Para el glaseado de chocolate, como no tenía hojas de gelatina (y no tenía tiempo de acercarme al Mercadona a comprar), busqué una receta en el libro del chocolate de Pierre Hermé que la hace con 100 gramos de chocolate 70% de cacao, 8 cl de nata y 20 gr de mantequilla.
La pasta de menbrillo es casera (la uso para añadir a rellenos de carne o para untar unas pechugas y pasarlas por plancha). El relleno se puede sustituir por un praliné o una mermelada, pero con el único cuidado de que no lleve trozos gordos que tapone la salida de la jeringuilla.
Para rellenar el higo se mete la punta de la jeringa por el culo del higo seco; y para que entre sin dificultad dentro del higo es mejor meterle antes un palillo de madera e ir pinchándolo por todo el interior.
Una vez relleno el higo, lo he bañado en Frangelico, y lo he metido en el congelador para que esté bien frío.
Para el glaseado de chocolate, y con los higos bastante fríos, me he servido de unos palillos que atravesaban el higo por el rabito. Una vez sumergidos en el chocolate un par de veces, los dejaba colgando de la bandeja rejilla del horno, para que gotease las últimas gotas.
Posteriormente se meten en la revera para que se enfrien, y ya tenemos listos estos riquísimos bombones de higos secos rellenos de membrillo.
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